En la provincia de Zamora (enclavada en la comunidad de Castilla y León en España) se encuentra una de las denominaciones de origen y uno de los vinos más espectaculares y reconocidos del mundo: Toro

Aunque se registra que han existido vestigios de vino en esta zona desde antes de que llegarán los romanos, Toro nace como D.O. en 1987, con sólo 5800 hectáreas (aproximadamente el tamaño del viñedo mexicano). Esta D.O. produce vinos tintos, rosado y blancos, según su reglamento.

Con un frío extremo en invierno, con muchas horas sol (2800 promedio) y un conjunto de suelos compuestos por arcillas y areniscas dan como resultado una calidad excepcional a sus uvas : la columna vertebral de la calidad en un vino. Una de las uvas autóctonas de la zona es la Tinta del Toro, variedad insignia que sin duda hace la diferencia de estos vinos al lado de un Ribera del Duero o de un Rioja. Como dato curioso podemos decir que la tinta del toro tal vez sea una de las pocas en el mundo que está plantada a “pie franco”, es decir, sin injerto. El viñedo de Toro también está conformado por la garnacha tinta y las uvas blancas verdejo y malvasía

Los vinos de Toro casi siempre los encontraremos muy profundos de color, los cuales buscan ser estructurados y de buen balance en boca, marcados con una ligera acidez. Dependiendo de su proceso de elaboración los encontraremos en sus categorías roble, crianza, reserva y gran reserva. También podemos encontrar  otra categoría: los vinos de maceración carbónica (vinos fragantes, frescos y aromáticos) que se comercializan el mismo año de la cosecha de su uva.

TIP. Algunos confunden a la uva tinta del toro con la termpanillo por su cualidad de madurar temprano.